miércoles, 12 de marzo de 2008

LOS TRABAJADORES VOTAN AL PSOE PARA FRENAR A LA DERECHA

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Fuera de la sede del Partido Socialista en Madrid había un mar de banderas rojas cuando militantes y simpatizantes emocionados saludaban la noticia de la victoria electoral del Partido. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ganó con el 43,6% de los votos, de manera que tiene 169 bancas en la cámara baja, un aumento de cinco con respecto al 2004, pero por debajo de los 176 necesarios para la mayoría absoluta. El Partido Popular (PP) consiguió el 40,1%, lo que se traduce en 153 bancas, 5 más que en 2004.

El PSOE obtuvo una victoria decisiva en las elecciones generales después de una campaña acalorada y amarga en la que la derecha, el PP, movilizó a las fuerzas de la reacción, utilizando un lenguaje que recuerda al período previo a la Guerra Civil española en la década de 1930. La Iglesia Católica ha sido un actor importante en esta campaña de desestabilización, organizando marchas masivas en las calles contra el gobierno socialista y su Primer Ministro, José Luis Rodríguez Zapatero.

Como resultado, se ha producido una fuerte polarización entre las clases y una brecha insalvable entre la izquierda y la derecha. Esta política, y la polarización social, no dejaban margen para el centro político, lo que marginó sin piedad a los partidos más pequeños. Los indudables perdedores fueron los partidos más pequeños, lo que confirma la naturaleza bipartidista de la política española. El grupo pro-independentista catalán, Ezquerra Republicana de Catalunya (Izquierda Republicana de Cataluña), perdió cinco bancas, quedándose con sólo tres.

Izquierda Unida (IU), el frente político organizado por el Partido Comunista (PCE), consiguió su peor resultado histórico, con sólo dos bancas, una de las cuales fue en coalición con una pequeña organización de la izquierda catalana. Así que, en realidad, IU sólo obtuvo una banca propia, en Madrid. Fue un duro golpe, pero era totalmente previsible.

Durante años, los dirigentes del PCE abandonaron la política y la ideología comunista, convirtiéndose en un pálido reflejo reformista del PSOE. La historia muestra que si hay dos partidos reformistas con una política similar, los trabajadores votarán a favor del más grande, y el más pequeño tenderá a desaparecer.

El domingo 9 de marzo, los trabajadores españoles cerraron filas para frenar el avance, aparentemente irresistible, de la derecha, que en España está identificada tradicionalmente con el oscuro pasado de la dictadura de Franco y el fascismo. Los recuerdos de ese pasado han estado conmoviendo incansablemente a la sociedad española durante décadas, y la clase obrera se movilizó para infligir una derrota a las fuerzas de la reacción, lo que han conseguido exitosamente. Los rostros de Rajoy y de los demás dirigentes del PP en la noche del domingo fueron una muestra elocuente de esta admisión.

La campaña electoral fue arrojada al caos en el último minuto por un asesinato político, que fue claramente obra de la organización separatista vasca ETA. La derecha se ha aprovechado de las tácticas terroristas de ETA durante estos 4 años para atacar al Gobierno socialista por su "debilidad" y para exigir mayor represión.

Sin embargo, en esta ocasión, su táctica no funcionó. La clase trabajadora de España no estaba dispuesta a ser desviada de su objetivo por medio de tácticas “espantapájaros”. De hecho, el brutal asesinato de Isaias Carrasco, un trabajador socialista y ex-concejal municipal, que fue muerto a los tiros dos días antes de las elecciones, produjo un ambiente general de repulsa y solidaridad con los socialistas, que se reflejó en una gran votación para el PSOE en el País Vasco. El Partido Socialista es ahora el mayor partido del País Vasco.

Una situación similar se puede ver en Cataluña, donde los socialistas barrieron en Barcelona, Gerona y en otras áreas importantes. En la tradicionalmente roja Andalucía, los socialistas también obtuvieron una victoria aplastante.

El PP nunca se reconcilió con su derrota en las anteriores elecciones, en marzo de 2004, cuando la derecha dirigida por Aznar fue barrida del poder después de los sangrientos atentados terroristas en Madrid, en el que 192 personas fueron muertas y 1.800 resultaron heridas. Estos políticos se consideraban a sí mismos los poseedores naturales del gobierno y estaban convencidos de que iban a expulsar a los socialistas esta vez. Pero demostraron estar equivocados. Al ver el peligro de un retorno de la derecha, los trabajadores acudieron a votar en gran número. El día de las elecciones hubo una participación de más del 75%. "Fue increíble!" Un veterano sindicalista me dijo: "La gente estaba entusiasta. Estaba haciendo cola para votar."

No cabe duda de que la principal razón de este entusiasmo fue el deseo de infligir una derrota firme al PP. Muchas de las personas que tradicionalmente han votado a favor de IU, votaron al PSOE por esta razón. La idea general era: “Bueno, Zapatero puede que no sea lo mejor, pero tenemos que apoyarlo contra la derecha”. En su primer mandato, Zapatero llevó a cabo una serie de medidas progresivas, como la retirada de las tropas de Irak, la introducción de reformas sociales, entre ellas la legalización del matrimonio gay, y la cesión de más poder a las regiones autónomas. Ahora promete extender sus reformas sociales, comprometiéndose a crear 2 millones de puestos de trabajo, aumentar el salario mínimo y la licencia por maternidad, y extender la red del tren de alta velocidad.

Sin embargo, los socialistas se enfrentan a un empeoramiento del clima económico. Los 10 años de crecimiento espectacular, en el que se produjo la creación de nueva riqueza y 600.000 puestos de trabajo al año, ahora han terminado. Es más, la economía española está aún más expuesta que la de otros países de Europa a los vientos fríos de la recesión económica y la caída de los precios de la vivienda. Zapatero tendrá que hacer frente a un aumento del desempleo, la inflación duplica el promedio de la Unión Europea (UE), y hay una crisis en la industria de la construcción, que se ha visto afectada por la insuficiencia de crédito a nivel mundial. Después de haber visto crecer la economía a un ritmo del 4% del PBI en los últimos años, los analistas dicen que podría reducirse a 2,5% este año.

Las políticas del reformismo no pueden resolver los problemas fundamentales de la clase trabajadora. El nuevo gobierno estará bajo una presión aún más feroz de las grandes empresas, de la Iglesia y de la derecha para que abandone sus reformas y lleve a cabo una política de recortes. Zapatero se quedó cerca de obtener la mayoría absoluta en el Congreso que esperaba. Ahora, los dirigentes del Partido Socialista están obligados a negociar con los partidos regionales más pequeños con el fin de formar una mayoría. Los nacionalistas burgueses de Cataluña, el País Vasco y otras zonas, aumentarán su presión sobre Zapatero para que deje atrás sus promesas de reformas y gire a la derecha. Por otra parte, las bases y los votantes socialistas, y de los sindicatos, presionarán en favor de una política para los intereses de los trabajadores. El PSOE se encontrará presionado entre dos piedras de molino.

La polarización entre las clases se intensificará. El crecimiento económico de España fue construido en parte sobre las espaldas de los cinco millones de inmigrantes que llegaron al país en los últimos 10 años, y que ahora representan el 10% de la población. Estos inmigrantes han sido uno de los primeros sectores en ser afectados por el aumento del desempleo. El PP, que cuenta con elementos abiertamente fascistas en su periferia, ha abrazado descaradamente la propaganda racista.

Durante la campaña, Rajoy jugó con el temor a los inmigrantes desempleados, acusándolos cínica y falsamente de absorber la riqueza del país con los beneficios de los servicios sociales, diciéndole a Zapatero en debates televisados en vivo - la primera que vez que se celebraban en España en 15 años - que su política había atraído a una "avalancha" de inmigrantes. Esto es una advertencia del tipo de demagogia racista que la derecha utilizará en el próximo período, en un intento de dividir a la clase trabajadora. La cuestión nacional también permanece como algo irresoluble. El asesinato de Carrasco destacó el hecho de que el conflicto en el País Vasco no ha desaparecido. Al igual que en la década de 1930, seguirá actuando como un elemento más de desestabilización, violencia y turbulencia.

En última instancia, la solución no se encuentra en la atmósfera enrarecida del Parlamento, sino en las fábricas, en las escuelas y en las calles. España está entrando en un período turbulento de la lucha de clases, en el que la clase obrera utilizará su músculo industrial para luchar por sus derechos. Los alumnos y estudiantes de las escuelas se movilizarán, como lo hicieron en el pasado, en demanda de mejoras para la educación y para resistirse a las imposiciones de la Iglesia y de la Derecha.

En todo esto, la Tendencia marxista española, organizada en torno al periódico El Militante, ocupará un papel central, luchando por cada reforma y cada demanda progresiva, mientras que al mismo tiempo explica pacientemente a los trabajadores avanzados y a los jóvenes que la única solución es un gobierno socialista comprometido con un verdadero programa socialista, basado en la nacionalización de la banca y de los grandes monopolios bajo la gestión y el control democráticos de los trabajadores.



ALAN WOODS

sábado, 8 de marzo de 2008

¡FUERA VUESTRAS MANOS DE LA CLASE OBRERA!

Declaración de El Militante ante el asesinato por parte de ETA de Isaías Carrasco, obrero de 42 años y ex concejal del PSE de Mondragón

1. El viernes día 7 de marzo, último día de campaña electoral, ETA ha atentado contra Isaías Carrasco, trabajador socialista y ex concejal del PSE en Arrasate - Mondragón. Su hija y su mujer han sido las primeras en presenciar su agonía en el portal de su casa, segundos después de escuchar la detonación de los disparos.

Desde la Corriente Marxista El Militante, queremos mostrar toda nuestra solidaridad y apoyo a la familia de Isaias y a sus compañeros del PSE y la UGT de Euskadi. Este atentado es una agresión inaceptable contra el conjunto de la clase trabajadora de todo el Estado español, y particularmente contra los obreros vascos.

2. Una vez más tenemos que asistir consternados al asesinato de un trabajador, de un militante del movimiento obrero, por parte de ETA. ¿En qué puede ayudar a la lucha del pueblo vasco a favor del socialismo y de los derechos democráticos matar a un obrero socialista? Absolutamente en nada. Cualquier trabajador con conciencia de clase comprende que las acciones de ETA solo benefician al Partido Popular y a la reacción, es decir, a los enemigos jurados de los trabajadores. Las acciones armadas de ETA, sus métodos basados en el terrorismo individual, son absolutamente contraproducentes. Como la experiencia ha demostrado sobradamente, con la excusa de la lucha contra ETA se está fortaleciendo el aparato represivo del Estado, aprobándose distintas leyes, como la Ley de Partidos, que recortan salvajemente los derechos democráticos y son utilizados contra el conjunto de la clase trabajadora y la juventud. Por otra parte, los atentados no afectan a la fortaleza represiva de la burguesía, pero si debilitan la defensa de los derechos democráticos de Euskal Herria y más concretamente del derecho de autodeterminación. Con sus acciones, ETA facilita el trabajo de la derecha y favorece los prejuicios del nacionalismo españolista entre sectores más amplios de la población.

3. A raíz de este atentado, el PP pretende impulsar, de nuevo, la ola de chovinismo españolista contra el pueblo vasco. El Partido Popular, como representante directo de la burguesía española, utiliza demagógicamente frases como "el derecho a la vida" o la "defensa de la democracia" de la forma más hipócrita. Los dirigentes del PP siempre se han jactado de defender la dictadura franquista y sus crímenes, de justificar la brutal opresión que padecieron millones de personas en el Estado español durante 40 años, y la represión más descarnada contra cualquier derecho democrático en las nacionalidades históricas. De la misma forma, estos defensores de la "libertad", como representantes consumados del capitalismo, cierran la boca y permanecen mudos ante la sangría permanente que significan los accidentes laborales, que se han cobrado la vida de más de 10.000 trabajadores en la última década, o respaldan incondicionalmente la aventura militarista del imperialismo norteamericano en Iraq, que ha costado decenas de miles de muertos y la destrucción de un país hasta hundirlo en la barbarie. Por tanto, los dirigentes del PP no tienen ninguna autoridad moral para pretender defender a la clase trabajadora. Su actitud de boicot permanente para lograr una salida política a la cuestión nacional vasca tras la declaración de tregua de ETA, demuestra que no querían ni quieren buscar una solución, ya que las acciones de ETA les ayuda para mantener un apoyo electoral del que carecerían.

4. Igualmente, la burguesía vasca PNV-EA con su defensa demagógica de unos derechos democráticos que pisotean cada día, como prueba que el País Vasco está en cabeza de la privatización de la sanidad y la educación pública, solo está interesada en obtener réditos electorales y en llenar una vez más sus bolsillos. Solo la clase trabajadora, que somos los que sufrimos todas las expresiones de violencia, estamos interesados en una solución auténtica y definitiva a esta situación.

5. Tras el vil atentado de ETA vuelven a resonar con fuerza los llamamientos a favor de la unidad de todos los demócratas para acabar con el terrorismo. Los dirigentes del PSOE deberían aprender de la experiencia de esta legislatura. La derecha no tenido ningún problema en utilizar cualquier medio a su alcance para golpear con saña y desgastar al gobierno de Zapatero. La cuestión de la negociación con ETA ha sido uno de los grandes ejes de sus ataques y este discurso, basado en la mentira y la manipulación, se ha mantenido durante toda la campaña electoral. Por su parte, el Gobierno del PSOE cediendo a las presiones de la derecha en numerosas ocasiones, renunciando a defender un auténtico programa socialista y negándose a movilizar a los trabajadores y la juventud contra la reacción, ha permitido a la derecha un margen de maniobra impensable hace cuatro años y que ha utilizado a fondo. Ahora sería un grave error seguir profundizando por esta senda de colaboración y pacto con el PP, del que sólo ellos saldrían beneficiados.

6. La dirección del PSOE y de IU deben rechazar cualquier acuerdo político con el PP. Las calles han demostrado que no es posible la unidad con una derecha que añora la época franquista y que no pierde ocasión de atacar salvajemente las organizaciones de la izquierda. Si realmente se quiera poner fin a los métodos del terrorismo individual de ETA, es necesario luchar con una política auténticamente socialista, basada en la independencia de clase. Y una política auténticamente socialista pasa por defender consecuentemente los derechos democráticos: deben derogarse las leyes represivas, como la Ley de Partidos, que supone una amenaza directa contra las organizaciones de izquierda y que ha impedido que cientos de miles de jóvenes y trabajadores de Euskal Herria pudieran tener representación política en estas y en pasadas elecciones; debe suprimirse toda la legislación de excepción, que recorta agudamente las libertades democráticas y penaliza con cárcel supuestos delitos de opinión e ideas políticas; hay que depurar de elementos reaccionarios el aparato del Estado, los tribunales, la policía, y el ejército, permitiendo que la democracia entre realmente en los cuarteles.

Al mismo tiempo la izquierda debe defender el derecho democrático a la autodeterminación en las nacionalidades históricas, que la población de estas nacionalidades pueda expresarse libremente por el tipo de vínculo que quiere establecer con el Estado español, incluida la posibilidad de independencia. Como marxistas, estamos persuadidos que la independencia de Euskal Herria, Cataluña o Galicia en el marco del capitalismo no es ninguna salida para los problemas que padece la juventud y la clase trabajadora en estas nacionalidades. Por el contrario, como demuestran las experiencias de los territorios de la antigua Yugoslavía, la independencia formal bajo el capitalismo lo único que ha significado para la mayoría de su población ha sido sustituir una opresión por otra, cambiar de amo en beneficio del imperialismo europeo y norteamericano, y desatar guerras fraticidas absolutamente reaccionarias. Los marxistas defendemos la unidad de clase, pues los trabajadores de Euskal Herria, de Cataluña y de Galicia tenemos los mimos intereses que los trabajadores de Madrid, Andalucía o Extremadura. Por eso defendemos y luchamos por una Federación Socialista en la Península Ibérica, que respete los derechos democráticos, y que acabe con la opresión nacional y de clase, algo que sólo será posible fortaleciendo la lucha por el socialismo unidos por encima de fronteras nacionales.

7. Este atentado de ETA, que los marxistas de El Militante condenamos frontalmente, pretende distorsionar el resultado de las próximas elecciones. Pero la abstención el día 9 de marzo beneficia al Partido Popular y a la reacción, a los enemigos de la causa de los trabajadores. Por tanto, la clase obrera y la juventud debemos movilizarnos para derrotar a la derecha en las urnas, aumentando nuestra organización y nuestra capacidad de movilización para conseguir que el nuevo gobierno aplique una política realmente de izquierda, en beneficio de la mayoría aplastante de la sociedad.

La lucha por los derechos democráticos de las nacionalidades oprimidas del estado español, como el derecho de autodeterminación, solo se puede alcanzar si es asumida por la clase trabajadora de todo el Estado como parte de la lucha por la transformación socialista de la sociedad. Solo unidos por encima de fronteras nacionales y organizados con un programa marxista podremos acabar con la lacra que representa el capitalismo y su legado de barbarie y opresión.

7 de marzo de 2008

viernes, 7 de marzo de 2008

ETA TAMBIÉN VOTA

Hace unas horas ha muerto asesinado Isaías Carrasco, un exconcejal del PSOE, en el portal de su casa en Mondragón (Guipúzcoa). A la espera de una reivindicación, todo parece indicar que ETA se ha comportado como todos, por distintos motivos, preveíamos y ha acudido a votar, pistola en mano, dos días antes de las elecciones del próximo domingo. Llama a la abstención, pero no ha podido abstenerse; llama a la abstención, pero ha querido participar disparando a un trabajador de 43 años que no ocupaba ningún cargo público, que no tenía escolta y que estaba en compañía de su hija. Se ha sumado de la peor manera a los que pasado mañana votarán para que sigan acumulándose los muertos, los torturados, los encarcelados, los atropellos al Derecho, los golpes a la democracia. ¿A favor de quién ha votado ETA? No lo sabemos y no queremos saberlo, pues cualquier cálculo en estos momentos sólo beneficia a los que, de un lado y de otro, se han puesto ya a hacer sus cálculos. Hay votos en blanco y hay votos en negro. Hay votos nulos y votos que anulan. Sabemos, en cualquier caso, contra quién ha votado. Ha votado contra un hombre que no iba a votar al PP. Ha votado contra los que, contra el PP, defendían a duras penas la negociación. Ha votado también contra algunos de los que defendemos el derecho a la autodeterminación. Ha votado contra las víctimas de la doctrina Garzón y contra muchos de los que nos opusimos al sumario 18/98. Y ha votado, antes de todo eso, contra el mínimo de decencia que se debe imponer a sí mismo un grupo que sigue pretendiendo ser, contra todas las evidencias, revolucionario y emancipador.
No sabemos hacia dónde se dejarán llevar el día 9 los ciudadanos vascos y españoles, pero no vamos a dejar que nuestro voto nos lo imponga ETA. Decidimos abstenernos antes de que ETA pidiera la abstención y no vamos a dejar de hacerlo ahora que ETA ha decidido votar a su manera. El domingo nos abstendremos dos veces: una contra los que querrán aprovechar este asesinato para seguir yugulando el derecho y la democracia y otra contra ETA, que es la que ha asesinado.
Santiago Alba Rico y Carlos Fernández Liria [Rebelión]



¡TODOS A VOTAR! POR LA PAZ, POR LA LIBERTAD

A GALOPAR, A GALOPAR, HASTA ENTERRARLOS EN EL MAR
EN CONTRA DEL TERRORISMO INDIVIDUAL, COMO LO ESTUVIMOS CONTRA EL TERRORISMO DE ESTADO
CONTRA EL MIEDO
EN MEMORIA DE LAS VÍCTIMAS
EN MEMORIA DE ISAIAS CARRASCO
POR ESKADI
A VOTAR, ¡A LLENAR LAS URNAS DE LIBERTAD!

¡GORA EUSKADI GORRIA!