Estamos en puertas de dos Congresos importantes para nuestro partido. El Congreso Extraordinario que celebraremos el próximo sábado 7-6-08 en el Hotel NH de Málaga y el Ordinario que celebraremos el próximo día 19-7-08. Nuestras posiciones en este proceso congresual, como es costumbre por parte de nuestra corriente, han sido serias y eminentemente políticas. Hemos rechazado siempre, y lo seguimos haciendo, el entrar en el debate personalista de listas y componendas. Nosotros queremos debatir de política, de proyectos sociales, de cómo solucionar los problemas de la clase trabajadora a la que nuestro partido se debe. Nunca hemos rehuido el diálogo y el debate de ideas; hemos sido invitados al diálogo, tanto por la nueva corriente “Alternativa Socialista” como por el candidato “oficialista”. Siempre hemos estado dispuestos a hablar con todos los compañeros, pero parece ser que a la inversa no es lo mismo; No hemos podido tener reuniones formales con ninguna de las dos corrientes mencionadas. Las propuestas se han ido dilatando y una de las reuniones que estaba prevista para el jueves próximo, ha sido abortada porque uno de los candidatos, una vez que estaba comprometido de palabra, desde hace días en celebrar una reunión con nuestra Coordinadora Provincial, no la podrá celebrar con nosotros porque tenía otro compromiso casi a la misma hora en una comarca de Málaga.
Nuestra corriente sigue insistiendo que los trabajadores necesitamos un programa auténticamente socialista y una dirección firme que luche por llevarlo a cabo. Esto, democráticamente sería posible, si nuestra corriente, que todavía es minoritaria en el PSOE, contara con unos cuantos millares de militantes más, y contásemos además, con el apoyo de varios millones de afiliados, militantes y simpatizantes que nos dieran su confianza, así como el empuje del movimiento sindical y juvenil. Democráticamente es posible de esa forma, ganar la mayoría del Congreso para aplicar las conquistas programáticas que la clase trabajadora necesita para construir entre todos el socialismo que defendemos en la Enmienda que se ha presentado a través de IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA que ha resultado aprobada en varias Agrupaciones de la Provincia, que también se asumió por la Coordinadora Federal de IS-PSOE en la Asamblea de Madrid del 25-5-08 a propuesta de la Asamblea de Málaga del 18-5-08.
Nuestros análisis, como hemos planteado en el documento aprobado por la Asamblea (pinchar en:
http://ispsoemalaga.org/2008/05/20/congreso-psoe-enmienda-de-sustitucion-al-apartado-i-globalizacion-economica-nuevo-modelo-productivo-y-estado-dinamizador/
difieren en lo esencial con la ponencia oficial, por lo que hemos aportado esta enmienda de sustitución porque entendemos que la crisis económica, social y política en la que hemos entrado está afectando ampliamente las relaciones de la burguesía con la clase trabajadora, crisis que puede profundizarse y derivar en una recesión con convulsiones sociales virulentas.
Si no se toman las medidas político-sociales adecuadas, esto puede ser muy grave para los intereses de los trabajadores, pues la intención de la burguesía es descargar la crisis sobre las espaldas de los económicamente más débiles, que es la clase trabajadora y los pobres. Es por tanto, imprescindible seguir luchando por el cambio social.
Unos de los obstáculos principales que nos encontramos en el camino de la transformación socialista de la sociedad, es sin duda, desde hace tiempo, el carácter reformista y oportunista de algunas de las direcciones de los partidos de la izquierda, que son completamente incapaces, por su infiltración pequeño-burguesa, (y a veces, digámoslo claro, por su defensa de unas políticas liberales ajenas al socialismo) de ofrecer una alternativa firme de cambio de sistema favorables a nuestra clase.
La crisis, se niegue o no, ha llegado y la clase trabajadora de todos los países muestra ya una inquietud muy profunda y observamos ya a millones de personas que presionan en una lucha feroz contra sus burguesías respectivas, exigiendo una salida a la cuestión social, pero ven un obstáculo en sus direcciones que les obstruyen el camino, debido a su enorme aparato burocrático cuyos intereses se difuminan con los de la burguesía, habiéndose convertido en conservadores, yendo al culo del movimiento obrero y no a su vanguardia, como debiera ser.
Los trabajadores del Estado Español, durante la transición hicieron una serie de tentativas heroicas que les hubiese permitido tomar el poder y la dirección de la sociedad, poniendo las bases para la transición hacia una verdadera sociedad socialista, democrática y autogestionada, pero fue la incapacidad de las direcciones de todos los partidos de la izquierda, tanto los llamados revolucionarios, como los reformistas, incluyendo en éstos al PCE y al PSOE, los que actuaron de freno, con la vieja “copla” de primero la democracia burguesa y más tarde el socialismo.
Ahora que se habla tanto de los 40 años del Mayo del 68, en Francia, recordamos cómo la poderosa clase trabajadora y los estudiantes, con la Huelga General Pacífica, las ocupaciones de fábricas, tomando el poder en sus manos, hizo colapsar al sistema y demostró muy a las claras que los trabajadores estaban dispuestos a derribar el capitalismo porque fuerzas les sobraba. No obstante, las direcciones de los partidos de la izquierda, estalinistas, anarquistas, socialistas, sindicalistas y demás, no estuvieron a la altura de las circunstancias, devolviendo el poder a la burguesía, cuando la clase trabajadora lo dominaba todo.
La oleada de luchas sin precedentes de los años 70, con huelgas, ocupaciones, formación rápida de nuevos sindicatos con un crecimiento prodigioso, tanto cuantitativa como cualitativamente, expresaban las aspiraciones de las masas, que querían cambiar la sociedad, que lucharon una y otra vez “Por el Cambio”, estando dispuestos a llevar a cabo la misión que la historia les tiene asignada, pero las direcciones con su política de pactos y consensos, descarrilló ese importante intento de ir directos al socialismo con democracia obrera.
El giro hacia la derecha experimentado por la cúpula del PCE y del PSOE en esa década, aceptando un compromiso claro del orden burgués, jugando un papel claramente anti-obrero, que no sólo se dio en el Estado Español, sino en el mundo entero, creó unas dificultades enormes a la clase trabajadora para buscar el camino del socialismo, cuando sus propias direcciones les decían que no podía ser.
En la actualidad, bajo la presión de la crisis económica, de la inflación que se come los salarios, del paro forzoso, que aterroriza a los trabajadores y los deja arrumbados como una colilla, de las guerras, de las hambrunas y la explotación, vemos el resurgir del movimiento obrero, cuya orientación está determinada, por una parte, por las propias condiciones objetivas del capitalismo en descomposición, sus corrupciones y su degeneración, y por otra parte, por la política inservible de las actuales direcciones reformistas que es preciso cambiar.
Analizando estos dos factores fundamentales, vemos que el primero, o sea, las crisis cíclicas del sistema capitalista, no han desaparecido como nos querían hacer creer los reformistas que habían acoplado sus análisis a los de los estrategas de la burguesía, sino que se presenta ahora con más virulencia por las trampas y actuaciones improcedentes en la marcha de la economía, poniendo a las claras que las leyes de la economía y de la historia son más poderosas que los deseos de los aparatos burocráticos del reformismo y de la burguesía juntos, pues la crisis ha llegado y la recesión está detrás de la puerta. En cuanto al factor subjetivo, es preciso seguir construyendo y fortaleciendo una verdadera dirección que esté a la altura del momento requerido.
Hagan lo que hagan los gobiernos en este atolladero de crisis mundial, no lograrán doblegar la voluntad de lucha de los trabajadores por cambiar la sociedad, porque el hambre y la escasez de recursos no pueden esperar, por lo que veremos cada vez en mayor escala, por una parte, los grandes esfuerzos a la desesperada de los dirigentes de la burguesía de detener la rueda de la historia de la lucha entre las clases, y por el otro, se demostrará que las masas lucharán buscando resolver la crisis de la dirección del movimiento obrero, que en la actualidad se ha transformado en una verdadera crisis de la civilización humana y que solamente podrá ser resuelta con un programa auténticamente socialista, que inicie la transformación del caduco y corrupto modelo capitalista. No hay terceras vías como ha quedado demostrado una y otra vez.
El verdadero debate social que los partidos y sindicatos de izquierdas deberían poner sobre la mesa tendría que basarse en un análisis profundo de la realidad y en la búsqueda de un programa que rechace las etapas erróneas en las que siempre ha caído tanto el Reformismo como el Estalinismo, queriendo llevar a la práctica la teoría caduca de las dos etapas, (dejando siempre el socialismo para dentro de 30 años) que tantos fracasos ha cosechado pagando siempre los errores la clase trabajadora con su sangre. Es pues, urgente unificar una táctica de frente único de clase y una estrategia que se base en un programa de transición al socialismo que rompa con el modelo actual, que tendría que contemplar, como irrenunciables los siguientes puntos sociales que defendemos en la Enmienda anteriormente mencionada:
“EL PROGRAMA DE TRANSICIÓN PARA UN GIRO A LA IZQUIERDA QUE LA CLASE TRABAJADORA NECESITA:
1) Lucha contra la inflación. Escala móvil precios-salarios, con subidas y revisiones cada 3 meses.
2) Salario mínimo de 1.200 euros ya. Con menos no se puede vivir.
3) Contra la eventualidad y la precariedad, fijo a los 15 días.
4) Para dar paso a la juventud, jubilación a los 60 años, con contratos de relevo.
5) Jornada laboral continua de 35 horas semanales sin reducción salarial.
6) Frente a la crisis económica, intervención del gobierno en la economía: que no se cubran las pérdidas de las empresas privadas con dinero público. Nacionalización sin indemnización de todos los especuladores que ahora declaran pérdidas poniendo en peligro miles de empleos.
7) Reestructuración de las Oficinas de empleo, eliminando los subsidios y ofreciendo un trabajo en base a la creación de empresas públicas.
Los capitalistas españoles no invierten: inversión por parte del Estado en I+D, introducción de la robótica y nuevas tecnologías para garantizar los puestos de trabajo.
9) Lucha firme contra la discriminación de la mujer, exigiendo el cumplimiento de “a igual salario, igual trabajo”, sin excepción.
10) Educación: Incorporación de los centros concertados a la Educación Pública, que será única, gratuita, laica, de calidad y científica, incrementando hasta un 7 % del PIB los presupuestos.
11) Sanidad: Incremento de los recursos para la Sanidad Pública, con el objetivo a corto plazo de eliminar las listas de espera y mejorar la atención sanitaria global.
12) Plan de construcción de UN MILLÓN de viviendas sociales; municipalización del suelo urbano para liberar suelo barato. Nacionalización de las grandes empresas constructoras, fuertemente endeudadas, para gestionarlas democráticamente. La Vivienda es un Derecho de la ciudadanía, no un negocio de especuladores y corruptos.
13) Modificación de la Ley de Partidos para hacerla completamente democrática, permitiendo la libre creación de cualquier partido excepto los fascistas. Prohibición de las manifestaciones xenófobas. Garantía plena de todos los derechos, como el de reunión, expresión, asociación, libre sindicación para los cuerpos se seguridad del Estado y Ejército, con derecho de manifestación y de Huelga. Depuración de elementos reaccionarios del aparato del Estado, y democratización plena de las academias militares.
14) Por el derecho de Autodeterminación de las nacionalidades históricas.
15) Plenos derechos laborales como ciudadanos, para los inmigrantes, para lo que hay que derogar la actual Ley de Extranjería, introduciendo también cambios que favorezcan el asilo político.
16) Poner la economía al servicio del ser humano y no del lucro de una minoría. Para lo que se decretará la nacionalización de la banca, latifundios y los monopolios, indemnizando a los pequeños accionistas necesitados, y poniendo estos recursos bajo control de los trabajadores, para evitar la corrupción y los despilfarros. Así se planificaría democrática y científicamente la producción poniendo la economía al servicio de la sociedad, cumpliendo la aspiración del programa inicial del PSOE, que es “la completa emancipación de la clase trabajadora; es decir, la abolición de todas las clases sociales y su declaración y conversión en una sola clase de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes”, como defendían Pablo Iglesias y los fundadores del PSOE y UGT”.
AREA DE INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE DE ANDALUCÍA.
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