martes, 31 de marzo de 2009

CARTA DE LA HOSPITALIDAD


Estimados Señores: En relación con el Anteproyecto de modificación de la Ley de Extranjería en este momento en trámite por el Gobierno de España queremos hacerles las siguientes observaciones:

1. La Hospitalidad es algo básico y que toca la verdadera entraña del ser humano
El Anteproyecto citado, que considera al emigrante ilegal como peligroso delincuente, penaliza a quienes ayudan a seres humanos a vivir y, en muchos casos, a buscarles una salida administrativa de integrarse en la sociedad española. Desde ese enfoque esencial el Anteproyecto citado es totalmente injusto y rechazable.

2. La Hospitalidad es una profunda y duradera tradición de nuestra cultura e historia
Al enfrentarse a dicha tradición, este Anteproyecto es absolutamente injusto y rechazable.

3. Los Derechos que reconoce la Constitución española y la Declaración Universal de Derechos son patrimonio de todos los seres humanos, sin diferencia de nacionalidad
El Anteproyecto citado conculca la declaración del art. 10 de la Constitución Española, que proclama “la dignidad de la persona y sus derechos inviolables” con independencia de su nacionalidad o de la situación administrativa en que se encuentre.
El apartado 2 del art. 10 declara que “los derechos fundamentales y libertades que reconoce la Constitución se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de los Derechos Humanos”, es decir, sin diferencia por nacionalidad o situación administrativa. Desde la Constitución y la Declaración Universal, el Anteproyecto es injusto y rechazable.

4. Los Derechos Fundamentales no pueden subordinarse a trámites administrativos
En su actual redacción, el Anteproyecto de ley hace prevalecer requisitos administrativos sobre los derechos fundamentales de la persona. También por ello es injusto y rechazable.

5. Se socavan las bases del orden político y la paz social
Según nuestra Constitución (art.10, 1), “la dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social”. Por ello un Anteproyecto que desconozca los derechos fundamentales al techo, al vestido y a la subsistencia de los extranjeros socavaría por su base el orden político y la paz social del país.

6. Los poderes públicos que actúen contra estos derechos incurren en responsabilidad
La interpretación anterior es vinculante para los poderes públicos. La propia Constitución (art. 9. 3) garantiza la responsabilidad y la interdicción de los poderes públicos, incluido el ejecutivo o el legislativo, que actúen con arbitrariedad. Y arbitrariedad es negar los derechos fundamentales a la subsistencia, al techo, al alimento o al vestido a los extranjeros que carezcan del requisito administrativo de poseer determinados papeles.

En caso de aprobarse el Anteproyecto, los colectivos firmantes, en defensa de la dignidad humana y siguiendo la Constitución Española y la Declaración Universal de Derechos Humanos,
a) incumpliremos esta ley por mor de la solidaridad, que está por encima de leyes injustas y que es un valor supremo y un imperativo humanitario con los emigrantes sin papeles,
b) nos veremos obligados a negar nuestro apoyo a los partidos políticos que lo amparasen
c) acudiríamos a los tribunales solicitando la interdicción de los poderes públicos que dieran lugar a tal arbitrariedad.

Atentamente,
LA COORDINADORA DE IGLESIA DE BASE DE MADRID

Carta dirigida a la Casa Real, al Presidente del Gobierno de España, al Defensor del Pueblo, al Ministro del Interior, al Ministro de Trabajo e Inmigración, al Secretario General del PSOE, al Secretario General del PP, a los responsables de los partidos políticos en el Parlamento, al Presidente del Tribunal Constitucional, al Presidente del Tribunal Supremo, al Presidente del Consejo General de la Abogacía, al Presidente de la Conferencia Episcopal Española, al Presidente de la Federación Española de ONGs, al Presidente de Caritas Española, al Presidente de Cruz Roja Española, a los Secretarios de los sindicatos más representativos, a la Red Europea RE, al Parlamento Europeo en Bruselas, al Consejo de la Unión Europea en Bruselas y a la Comisión Europea en Bruselas.

lunes, 30 de marzo de 2009

LA MARCHA INEXORABLE DE LA BANCARROTA CAPITALISTA MUNDIAL


El capitalismo se cae a pedazos. El producto bruto, en las naciones avanzadas, se está desmoronando en un 10 por ciento anualizado. En los últimos tres meses, los despidos en Estados Unidos han sido de 600 mil trabajadores por mes. La industria automotriz norteamericana se encuentra en vía de extinción: en Alemania se disputan las filiales que General Motors quiere liquidar para recaudar el dinero necesario para un improbable salvataje en Estados Unidos. Los desalojos, en ese país, ya han llegado a 1,8 millones de viviendas.

Detroit, Cleveland y otras ciudades industriales parecen diezmadas por una guerra. California, la séptima economía del mundo, se encuentra en ‘defol'; varios estados y municipios han comenzado a imprimir sus propios ‘patacones' y ‘lecops'. En Gran Bretaña, el gobierno se apresta a nacionalizar la poderosa banca Lloyds. En España, los presumidos BBVA y Santander se han caído de los pedestales que les inventaron los medios apenas se descubrió lo que en otros países se sabe desde hace más de un año: que al lado de los bancos opera un sistema financiero en las sombras, montado por ellos mismos, que se encuentra fuera del alcance de la regulación estatal. Es así que dos fondos inmobiliarios han debido declarar un corralito por la imposibilidad de hacer frente al pedido de retiro de dinero de sus inversores. De repente, el ‘modernizado´ capitalismo español se encuentra donde nunca dejó de estar: en pelotas. En Francia ya se oyen los redobles de tambores, con sus Antillas en llamas y un ambiente de huelgas en la metrópoli que raja los muros. Otro inmunizado contra la crisis capitalista, Italia, acaba de descubrir que su nave de proa, Unicredit, "más europea que italiana" según sus alcahuetes, está por sucumbir al derrumbe de sus inversiones en Austria, la que a su vez se encuentra amenazada por sus inversiones en Europa oriental. Para salvar a la joya del fanfarrón Berlusconi, la diplomacia italiana ha tenido que recurrir a Libia, no sin antes hacer las reverencias correspondientes en las tiendas beduinas de Gadhafi. El paraíso sueco, que la gorda Carrió invoca como ejemplo para su infiel Argentina, le ha tenido que pedir al FMI que contenga las devaluaciones en los países del Báltico, para que no lleven a la tumba a la banca escandinava que ha copado aquellas plazas. Entre el derrumbe del rublo ruso, el zloty polaco y todas las otras monedas que sueñan con convertirse alguna vez en euros, es precisamente el euro el que está en capilla, estructuralmente aquejado por la incapacidad de los Estados del viejo continente para poner en marcha un plan de rescate común y por los diferentes ritmos y características de las crisis en sus diversas economías. De repente, las deudas públicas de esos Estados se han empezado a cotizar de la forma más disparatada, a pesar de que se negocia en la misma moneda y de contar con un Banco Central que debería operar como rescatista de última instancia. La insinuación de que Irlanda, un país del área euro, pediría el socorro del FMI cayó como una bomba nuclear en Bruselas, porque equivalía a admitir que el Banco Central Europeo estaba listo para ser colgado en el museo del Louvre. Por fin, las llamadas economías intermedias se hunden en forma implacable, como ocurre por ejemplo con Corea del Sur, Taiwán, Singapur, Indonesia y, por último, la misma China, o en América Latina, México especialmente.

Resulta obvio, al cabo de un año y medio de planes de rescate de todo tipo, que la bancarrota capitalista se ha transformado en una crisis política. Es posible que sus estallidos comiencen por las naciones intermedias o de la Unión Europea, pero en ningún lugar se manifiesta más claramente que en Estados Unidos, cuando Obama aún no ha cumplido un mes de mandato. Aunque el presidente afroamericano anunció que la aprobación de su plan de impulso económico, de 800 mil millones de dólares, marcaba el "principio del fin" de la crisis, los acontecimientos que siguieron de inmediato indicarían que ni siquiera estaríamos en el ‘fin del comienzo'.

Es que el núcleo de la crisis sigue allí, como desde el primer día. La masa de los llamados ‘activos tóxicos' continúa siempre en la cartera de los bancos, compañías de seguros y de inversoras de capital, y de los fondos creados a la sombra de ellos. Los llamados negocios derivados originados por estos pulpos suman unos 550 billones de dólares, o cuarenta veces la economía de los Estados Unidos. Algunos estiman que si se pudieran hacer las compensaciones entre negocios cruzados - lo cual simplemente podría demorar algunos años- , la resultante neta serían aún unos 20 a 30 billones de dólares de deudas incobrables. El envío a pérdidas de todas estas sumas llevaría a la quiebra a la mayor parte del capital mundial. Ningún capitalista quiere oficializar sus pérdidas vendiendo los títulos sin valor que tiene en su propiedad, por lo cual sobreviven con ayudas estatales o compras temporarias de los bancos centrales. En consecuencia, el sistema económico está parado porque el Bank of America, el Citigroup, el Lloyds, el Barclays y tantos otros están que-bra-dos. Ponerle el cascabel a este gato significa nacionalizar a todos estos bancos, y a partir de esto aun a aquellos que no están quebrados, para proceder a una liquidación ordenada de todos los créditos y deudas que no se pueden saldar. Todo lo que parecía sólido se ha desvanecido en el aire.

El plan de relanzamiento económico de Obama, que acaba de aprobar el Congreso norteño, no encara esta situación: se trata de un plan de gastos y de rebaja de impuestos por apenas el 5,5% del PBI norteamericano para los próximos diez años, aunque el 80% de él se consumirá en dos años. Para resolver la cuestión bancaria, Obama ha insinuado otra cosa: la creación de los llamados ‘bancos malos', que recogerían todo aquello en poder de los bancos que no vale nada. El problema es el siguiente: para que los bancos que queden limpios de estos activos puedan funcionar, necesitarán que se les pague por los activos invendibles un precio que les permita pagar las deudas con las que financiaron las compras de esos ‘activos tóxicos'. Pero pagar mucho por lo que no vale nada, simplemente provocaría la quiebra de quien lo haga, en este caso el Estado. Por eso Obama ha insinuado el propósito de que la compra de esos activos la haga una asociación pública-privada, pero la viabilidad de este proyecto es que se pague muy poco por los activos, lo cual sería un gran negocio para los que financiarían la formación de los ‘bancos malos'. Pero cotizar a esos ‘activos' como una pichincha decretaría la quiebra de los ‘bancos buenos', que recibirían muy poco dinero o liquidez para saldar sus deudas. El equilibrio entre lo que necesitan los bancos con ‘activos tóxicos', de un lado, y lo que puede pagar el Estado por esos activos, por el otro, sin arruinar las finanzas públicas, o lo que les convenga pagar a los capitales privados dispuestos a negociar esos ‘activos' con posterioridad, es simplemente imposible determinarlo a priori. Por otra parte, ya se sabe que la mayor parte de los bancos están quebrados, por mejor que sea la oferta que se haga por sus ‘activos'. La solución de este problema pasaría por la nacionalización general de los bancos, pero esto transfiere a la política, o sea al Estado, la tarea de arbitrar las pérdidas y confiscaciones que, de cualquier modo, o invariablemente, deberá sufrir el capital, tanto el pequeño como el más grande. Suponer que el Estado puede sacar al capital indemne de la crisis es propio del que no entiende una jota de la economía política del capital y de la tendencia a su propia disolución. Pero la sola perspectiva de una nacionalización está a punto de quebrar al ‘establishment' norteamericano. Esta es la crisis política de Obama.

¿Hace falta decir que la nacionalización de los bancos no es ninguna solución? Por una parte, una nacionalización de la banca norteamericana rompe todo el tejido financiero internacional, porque obliga a los otros Estados a tomar medidas similares para poner a sus Tesoros nacionales al servicio de esta nueva competencia bancaria internacional entre bancos que cuentan con capital y financiación estatal. El mercado mundial se transformaría en un terreno de pugna directa entre Estados, lo cual es lo más cercano a una nueva guerra. Por otro lado, una nacionalización de bancos quebrados amenazaría con la quiebra a las finanzas públicas y obligaría al Estado a operar con empréstitos forzosos. Por fin, incluso una banca estatal sería incapaz de mover a la economía si del otro lado no se moviera la demanda por medio de inversiones a cargo de los capitalistas. Es extremadamente difícil, sin embargo, que los capitalistas arriesguen sus capitales en empresas financiadas por el Estado; si operaran sin capital retrocederían a la condición de meros comisionistas del Estado. Una banca nacionalizada en las grandes naciones industriales necesitaría la nacionalización de las inversiones en la industria y la obra pública, lo cual pondría al Estado en las dos puntas del proceso económico, o sea sin la mediación de los capitalistas. Esto es teóricamente posible pero prácticamente inviable, por la simple razón de que la línea de separación entre el capitalismo y el socialismo se haría muy tenue: dependería de quién dirige ese Estado, si los capitalistas o los obreros, y no - como es ahora - que entre un régimen social y el otro hay una densa valla de relaciones sociales que abarcan diversos grados y estratificaciones, que se superponen sobre la relación entre el capital y el trabajo y oscurecen su visibilidad.

La ruptura del presente impasse la impondrá la subsiguiente marcha de la crisis y, en especial, la presión popular, que está tomando forma y fuerza en todo el mundo. La caída de las Bolsas a nuevos pisos es el síntoma de que el capital exige, por un lado, que el Estado lance un plan de rescate masivo, aunque para ello tenga que separar a algunas ovejas negras que están definitivamente condenadas y, por otro lado, si esto es inviable o alargara aún más el proceso de quiebras, que el Estado haga una declaración oficial de quiebra bancaria y proceda a la nacionalización. En lo referente a la presión popular, las continuas apariciones públicas de Obama a lo largo y ancho de Estados Unidos, están mostrando la amplitud de la deliberación que va ganando a las masas. En otros países ya hay huelgas importantes y movimientos de protesta masivos. La nacionalización de los bancos en Europa sólo puede proceder por países y acabaría poniendo a los más débiles bajo la férula de los más fuertes.

Es muy claro que el proletariado, a partir de la lucha que tendrá que encarar, deberá comprender que la salida pasa por presentarse como alternativa de poder - lo cual requiere programas, partidos y organizaciones de masas revolucionarias.
Jorge Altamira (Rebelión, 4-3-09)

domingo, 22 de marzo de 2009

¿BAJAR SALARIOS?


Ayer publiqué en Sistema Digital un artículo comentando las propuestas que se vienen haciendo de bajar (aún más) los salarios para salir de la crisis. Algo que, en mi opinión, empeoraría la situación y empobreceria más a España a medio y largo plazo. Lo transcribo a continuación.

Las declaraciones de Paul Krugman sobre la situación de la economía española se están interpretando, yo creo que inadecuadamente, como una legitimación académica de quienes vienen pidiendo moderación salarial para salir de la crisis. No me propongo reinterpretar al Premio Nobel, ni tratar de adivinar lo que realmente piensa llevando el ascua a mi sardina. Pero me parece que lo que ha dicho Krugman no necesariamente pueda ser entendido en el sentido de que la alternativa que tiene ante sí la economía española sea la de la moderación salarial.

Lo que me parece que hizo Krugman aquí fue reiterar un planteamiento que expuso hace unas semanas más brevemente en su blog y que no admite mucha controversia pero que debe ser leído de forma distinta a como se está haciendo. Decía Krugman con razón que cuando España se integra en una unión monetaria ya no puede utilizar el tipo de cambio para hacer frente a los ajustes que resulten necesarios frente a los demás países. Es decir, para tratar de rebajar de esa forma los precios de sus productos en el exterior para poder ser así más competitivos ya que no pueden serlo mediante otras vías.
Con otras palabras. La economía española está más atrasada y compite en el exterior principalmente a través de los precios porque los productos que les vendemos son muy poco "nobles". Los coches de lujo alemanes, por ejemplo, o sus productos de vanguardia tecnológica se venden aunque su precio sea alto porque ofrecen calidad, diseño, tecnología, etc. mientras que los que nosotros vendemos tienen mucho menos valor añadido y por eso tenemos que hacerlos atractivos gracias solamente a su precio.

Una de las vías que un país de las características del nuestro tiene para bajar el precio de los productos que vende al exterior es la llamada "devaluación competitiva", es decir, la disminución del valor de la moneda propia para que así los que los compran con otras monedas tengan que pagar menos por ellos. Una vía a la que España tenía que recurrir periódicamente en el pasado como resultado de que nuestro patrón productivo era atrasado y de poco valor.

Lógicamente, cuando nuestro país entró en un espacio de moneda común ya dejamos de tener moneda propia y, por tanto, a partir de entonces no podemos modificar por nuestra cuenta el valor de la moneda al que se comprarán nuestros productos desde el exterior.
En esas condiciones, y si se deja todo lo demás igual, cuando haya una moneda común la única manera de mejorar el precio de los bienes que vendemos al exterior será reduciendo los costes y, en particular, los salariales. Eso es lo que quiere decir que "el ajuste se realiza a través de los salarios".

Por tanto, lo que dice Krugman es de cajón. Y de hecho es lo que ha ocurrido en España desde la entrada del euro y por eso ha sido el país europeo con un comportamiento de los salarios más negativo para los trabajadores: al no cambiar nuestro patrón productivo y no poder devaluar hemos tenido que contener más los salarios. Es verdad que nuestra economía ha cambiado en estos últimos años, que tenemos más industrias de vanguardia y mejor estructura empresarial y que gracias a ello el ajuste salarial no ha tenido que ser muy duro. Pero también es cierto que el cambio no ha sido desde luego suficiente y por eso nuestro déficit exterior se ha ido por las nubes. Pero, en cualquier caso, lo que cabe preguntarse es si eso ha de ser así siempre y en todas las circunstancias. La respuesta es que por supuesto que no.
Eso es así sólo si no cambian las condiciones de nuestra economía. Si efectivamente sigue especializada en productos de bajo valor añadido, en servicios de baja productividad, en bienes pobres sin más atractivo que ser baratos... no nos quedará más remedio que competir a través de los precios y, en consecuencia, imponer salarios cada vez más bajos. Y subrayo el "cada vez" más bajos porque siempre habrá a nuestro lado algún otro país con salarios más bajos aún, y otros con más bajos que ese, y así sucesivamente.

Por eso podemos decir que este tipo de competitividad es la de los pobres y, además, empobrecedora. En consecuencia, quienes afirman que lo que necesita la economía española es moderar más los salarios lo que están proponiendo no es mejorarla sino mantenerla en una situación de dependencia, de deterioro y de empobrecimiento relativo y a medio plazo.

La solución no puede venir por ahí, precisamente, porque este patrón es el que tiene una gran parte de culpa de que la crisis en España se esté manifestando con un mayor coste en términos de desempleo, de desigualdad y de pérdida de actividad productiva y empresarial. De hecho, es al aceptar ese principio de mantenimiento de nuestro patrón productivo cuando se deduce, como hace Krugman, que España no puede hacer nada sino esperar a que Europa se recupere.

Si nos limitamos a moderar los salarios como desea los sectores torpes de la patronal y como defienden quienes están a su servicio estaremos hundiendo más aún el mercado interno y serán las propias empresas, sobre todo pequeñas y medianas, quienes sufrirán en mayor medida sus demoledores efectos negativos en los próximos años, además de los propios trabajadores, lógicamente.

La mejor alternativa a la crisis es un pacto de rentas orientado a generar recursos para la reconversión productiva, para recapitalizar nuestra economía, para generar mucho mayor capital social, para ampliar el mercado interno, para crear condiciones que permitan que nuestro patrón productivo se base en la generación de valor añadido y no solo en el abaratamiento de la mano de obra. La mejor respuesta a la crisis, la más efectiva que puede darse en estos momentos es incrementar los salarios, principalmente los indirectos y los diferidos que están vinculados al capital social que dinamiza las economías, y combatir la desigualdad. Lo demás solo nos llevará a empobrecernos y a agudizar los efectos letales de la crisis sobre el empleo e incluso la rentabilidad empresarial.
Subido de www.jauntorreslopez.com

sábado, 21 de marzo de 2009

CRISIS Y POLÍTICAS ECONÓMICAS


Ya en el año 2000 ALAN WOODS nos decía: "La frenética carrera del beneficio inevitablemente conduce a la sobre producción. Esta aparece siempre en la cima del boom, precediendo al colapso. Las empresas tratan de deshacerse de sus existencias sin vender. Se produce un combate frenético para reducir los precios, mediante el descuento e incluso vendiendo a precios inferiores al coste de producción (dumping). Al mismo tiempo, la competencia hace que la producción siga expandiéndose, lo que agrava aún más el problema de la superproducción" [Al filo de la navaja]
Si además de lo dicho nos encontramos con que el capitalismo español basó su crecimiento en la "destrucción" de su tejido productivo con distintas reconversiones, con deslocalizaciones y haciendo sufrir el anterior boom sobre las espaldas de los trabajadores, aumentando la tasa de productivida y la explotacion, nos encontraremos todavía con una situación muy especial.
Hay que tener en cuenta, que con las distintas "reformas" laborales nos encontramos con un proletariado precario y con unos sindicatos dóciles[ ver ["www.kaosenlared.net/noticia/pobreza-precariedad-luchas-sociales"]. Con esto estamos afirmando que el capitalismo español basó su crecimiento en la burbuja inmobiliaria y en la importación de mano de obra barata. Quizás en parte, una de las causas de que todavía no haya habido una explosión social se deba a que existía el colchon de la emigración, pero hasta este colchón se está terminando.
El capitalismo español se encuentra inmerso en un bloque regional (UE), completamente interconectado en la internacionalización del capital. Por esto mismo las soluciones no pueden ser las mismas que hace años. Por otro lado la crisis actual, aunque lleva el camino ya de recordarnos a la de 1929 (y aquella llevó a una Guerra Mundial), parece ser más profunda ya que que no es sólo una crisis económica. Varios economistas- entre los que destaca François Chesnais coinciden en que hay tres crisi interconexas: la crisis económica, la crisis ecológica y la crisis alimentaria. Coincidencia que hace que en determinados países (los llamados emergentes) las consecuencias sean completamente desastrosas.
Frente a esto ¿es posible la salida?: 1) Desde la burguesía senil internacional se busca que la crisis la paguen los trabajadores; esto puede llevar a la barbarie y a un apartheid de regiones extensas del planeta, con la exclusión social y la pobreza.
2) La salida reformista: el keynesianismo. Pero el keynesianismo necesita una fuerte intervención estatal- cosa hoy día imposible entre otras cosas por la existencia de unas direcciones sindicales completamente dóciles y que durante años han permitido la precarización del mercado de trabajo. Pero por otra parte porque el keynesianismo socialdemócrata fue fruto de un gran Pacto Social que fue posible por el miedo de la burguesía a la "extensión" de la economía planificada. ¡Hoy ese enemigo ya no existe!
Pero existe una tercera salida, que es una verdadera ALTERNATIVA al sistema capitalista [clicar en el enlace América Socialista]basada en el desarrollo de la conciencia de clase y en políticas económicas socialistas. El ejemplo lo tenemos en el "patio trasero" de los USA. Pero también lo encontramos en el resurgir de las luchas sociales en Occidente y en la alternativa al sistema que propugnan las mismas
Javier Méndez-Vigo

domingo, 8 de marzo de 2009

COORDIANDORA DE ESQUERRA SOCIALISTA

- PEPA PELLICER , membre del Comitè Federal del PSOE
- ANDRES PERELLÓ, Senador, Portantveu Federal d’IS-PSOE
- LALO DIAZ, Regidor de l’Ajuntament d’Alacant, membre de la CEN del PSPV
- JOSEP LLUIS GORDO, membre del Comitè Nacional del PSPV
- VICENT GARCÉS, Eurodiputat, membre del Comitè Nacional del PSPV
- JOAN SOTO, Regidor de l’Ajuntament de València, membre de la CEP de València
- ANNA CABALLERO, membre del CP de València
- NATACHA JIMENEZ, membre de la CEP de Castelló
- CARMEN FERNÁNDEZ, membre del CP de Castelló
- PACO PASTOR, membre del CP de Castelló
- NUÑO JIMENEZ, Regidor de l’Ajuntament de Castelló
- AURELI SANSIXTO, Ribera Alta
- SANTO JUAN, València
- MAITE IBAÑEZ, València
- VICENT SEPULCRE, València
- SALVADOR GREGORI, La Safor
- PEDRO PEREZ ROSADO, Camp de Morvedre
- JOSE VALCARCEL, Alacant
- NIEVES TRIGUERO, Alacant

- COORDINADOR - PORTANTVEU: JOAN SOTO

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CEN = Comissió Executiva Nacional del PSPV
CEP = Comissió Executiva Provincial
CP = Comitè Provincial

Coordinadora aprobada por los asistentes a la Asamblea de la Corriente del Pais Valencia del 7 de Marzo