jueves, 26 de febrero de 2009

ES NECESARIA LA NACIONALIZACIÓN DE LA BANCA Y DE LOS GRANDES MONOPOLIOS


El pasado sábado día 31 se celebró el Comité Provincial del PSOE de Málaga, tras el Congreso celebrado el 19 de Junio. Durante el acto, la corriente Izquierda Socialista de Málaga-PSOE presentó la Moción que a continuación se pública, la cual fue asumida por UNANIMIDAD por los representantes del Comité Provincial que asistieron al acto.

MOCION DE URGENCIA PRESENTADA ANTE EL C. P. DEL PSOE DE 31-1-09

"La crisis económica se ha deslizado hacia la recesión y se acerca peligrosamente a una depresión de consecuencias imprevisibles. La burguesía, con el PP a la cabeza, le echa la culpa de todo al compañero Presidente Rodríguez Zapatero, a la vez que exige que la factura la paguemos los asalariados. Los grandes tiburones, los buitres que se han estado alimentando durante años de la especulación, de la explotación y del control salarial de los trabajadores, sumiendo al pueblo en una deuda hipotecaria colosal, están cómodamente sentados en la gran banca y las multinacionales, junto con los grandes terratenientes y los especuladores del ladrillo que han saqueado los bolsillos del pueblo con sus escandalosos beneficios y corrupciones.

Mientras no se termine con los privilegios de esta clase de parásitos, nuestro gobierno se estará limitando solamente a "cortarle las uñas a la burguesía" para que sus arañazos a la clase obrera no sean demasiado sangrantes, pero si dejan en sus manos lo fundamental, entregándoles 150.000 millones de euros para que reanuden el ciclo, la clase trabajadora no podrá levantar cabeza en mucho tiempo.

Los males que afectan a este país son males de fondo, problemas estructurales, de un modelo capitalista, de economía de "libre mercado", que equivale a "libre explotación", como lo demuestran los más de 3 millones de parados. El encarecimiento de la vida, los problemas como el de la vivienda, la educación, la sanidad, los gastos para bienestar social, no están necesitando solamente unos pequeños retoques, sino que es necesario un programa social a fondo, que llegue hasta las raíces de los problemas y ofrezcan soluciones válidas.

Si no es con un giro a la izquierda, nuestro gobierno no podrá cumplir las promesas anunciadas, porque la pregunta clave es: ¿Cómo hacerlo, con qué recursos, cuando vemos la tremenda oposición de los capitalistas y del PP, que se dedican a boicotear la economía, despidiendo a gentes a mansalva, amparados en la crisis, cuando hasta hace unos meses han venido declarando que obtenían enormes beneficios? ¿Dónde han ido a parar tantos millones de euros que han ganado?

Además, esos mismos burgueses que han estado acumulando beneficios año tras años, ahora exigen dinero al Estado, cuando antes, apoyados en su "liberalismo de conveniencia", criticaban furiosamente toda medida gubernamental que insinuara algún tipo de intervención, tanto en los impuestos, en los controles de inspección o en cualquier otra parcela de la economía, y después de haber obtenido fabulosos beneficios en el pasado, ahora, piden a gritos "intervención estatal", para seguir aumentando su tasa de ganancias, con el chantaje de despedir a los asalariados.

El número de Expedientes de Regulación de Empleos se acercan a 4.000 y es evidente que muchos empresarios ni siquiera tienen la vergüenza de declarar un ERE, sino que despiden por las bravas importándoles un rábano el drama del paro que afecta a millones de familias. Rajoy, hipócritamente, coloca al gobierno ante el brete de aparecer como culpable, si no "socorren" a esa patronal parásita con ayudas del Estado, con demagogia y descaro, exigiendo que el compañero Presidente Zapatero tiene que atender urgentemente a las familias que han perdido sus empleos. El compañero Zapatero debe cogerles la palabra y decretar de inmediato una prórroga del subsidio del desempleo para todo parado que no encuentre trabajo mientras dure la crisis y que ninguna familia cobre por debajo del salario base, esté o no en el paro.

Es necesario impedir más cierres patronales y para garantizar los recursos pertinentes que hagan efectivo estas medidas, se hace imprescindible planificar la nacionalización del sector financiero con la creación de un Banco Público unificando las Cajas de Ahorros. Esto, no solamente garantizará controlar los recursos económicos del país en beneficio de la mayoría, sino que, permitirá conceder créditos baratos, daría confianza y garantizaría los depósitos de los pequeños ahorristas individuales, empresas familiares, PYMES y demás sectores de economía social. El Estado daría un amplio apoyo a todos los emprendedores que mantengan los puestos de trabajo de sus empresas, y que soliciten ayudas económicas, exigiendo a los patronos que pidan ayudas estatales, el control sindical obrero de toda empresa participada por la Administración según la aportación que el Estado conceda, al efecto de luchar contra la corrupción, especulación y despilfarros.

El gobierno socialista, como un gobierno de los trabajadores, elegido por más de once millones de votos, tiene el respaldo suficiente y lo tendría mucho más firme, si respondiera a las críticas demagógicas de la derecha económica del PP y de sus aliados en la derecha eclesiástica, si planteara un plan que rechazara rotundamente otorgar créditos a las empresas a fondo perdido, y en su lugar decretara que toda empresa que presente suspensión de pagos fuese intervenida por el Estado y puesta bajo control de los trabajadores para continuar la producción.

Puede argumentarse que hace falta mucho dinero para eso, pero, en líneas socialistas, vale más invertir esos 150.000 euros en mantener puestos de trabajo que en subvencionar parados. Ahora no parece tan descabellado plantear la nacionalización de la banca y los grandes monopolios, acompañados por un plan social, concertado con los sindicatos, de reducción de la jornada laboral, introducción de la escala móvil precios-salarios, jubilación a los 60 años y demás apoyos sociales a las familias más necesitadas.

Todos podemos imaginar el entusiasmo que estas medidas sociales podrían despertar entre las masas, si a la vez, se hace un llamamiento al fortalecimiento del partido, para que los trabajadores nos respalden y se moviliza al movimiento sindical para que en unidad de las izquierdas, podamos autogestionar y desarrollar este programa socialista.

Es cierto que el PP y la patronal protestarían por la aplicación de estas medidas sociales, porque lo que pretenden es que el Gobierno del PSOE esté a su servicio, en lugar de al servicio de los trabajadores como corresponde a un partido obrero de izquierdas. Vemos con estupor cómo los capitalistas con los banqueros al frente se quejan de algunas medidas, esos que han tenido la cara dura de argumentar que sus beneficios han sido buenos pero que están consiguiendo del gobierno la concesión de liquidez, de bajarle los impuestos y otras prebendas, cuando ellos han venido desangrando la economía del país durante años.

Actualmente, cuando el compañero Rodríguez Zapatero tiene todavía un prestigio grande entre los trabajadores de Europa, América Latina y otras zonas del mundo, sería muy bien visto por las masas a escala mundial, una propuesta de un programa auténticamente socialista que nos sacara de la crisis. El PSOE tiene el poder en sus manos, porque tiene el apoyo de las fuerzas decisivas de la sociedad y democráticamente ninguna fuerza podría oponerse a los deseos de los trabajadores de profundizar en el avance al socialismo.

Con la planificación científica de la economía, el programa de transformación social necesario se haría imparable, aplicando medidas contra el paro y por unas condiciones de vida dignas, que podrían ser llevadas a cabo con una enorme rapidez, pues tendrían todo el apoyo de los Sindicatos de Clase y partidos de la izquierda, con la clase trabajadora empujando en la lucha, a la vez que tendrían una gran repercusión internacional, porque las condiciones objetivas están más que maduras ya que el capitalismo no puede ofrecer a corto plazo ninguna respuesta creíble ni viable.

Nuestra dirección tiene un grave dilema: El de animar a las masas y dirigirlas de forma decisiva hacia la transformación socialista de la sociedad, o entregarse claramente a las exigencias del capital, porque como dijo Pablo Iglesias, en momentos cruciales "hay que optar, o con los unos o con los otros". En la actualidad, el mejor camino es la defensa de los intereses de los trabajadores y los pobres, enfrentándose claramente a los del capital, pero ello sólo es válido si está acompañado por un programa adecuado. Porque si el gobierno del PSOE consiente en que, en un momento de suma gravedad como por el que atravesamos, en que los centros decisivos del poder económico permanezcan en manos de la burguesía, de los banqueros, de los capitalistas, que no ha sido elegidos democráticamente por nadie, las aspiraciones y esperanzas de la clase trabajadora que todavía confiará en el socialismo podrían verse frustradas.

La situación social es volátil y podríamos ver cambios repentinos y bruscos en el comportamiento de las masas, si no se cumple con las expectativas y necesidades de la clase trabajadora y la juventud; recordemos las voces de la noche del triunfo electoral, que se gritaba "Zapatero, no nos falles", lo que indica que el pueblo no admite flaquezas en sus dirigentes, porque en cuanto que el compañero José Luis Rodríguez Zapatero empezara a claudicar, los banqueros, monopolistas, terratenientes, en santa alianza con la "derecha eclesiástica", como vimos en la anterior legislatura, se dedicarán de lleno a socavar y boicotear al gobierno del PSOE y con sus intrigas, sus boicoteos, sus "ejércitos pancarteros de sotanas", sus cierres empresariales, su huelga de inversiones de capitales, sus fugas de divisas, y demás medidas antisociales, llevarán a un incremento inaguantable del paro que creará una situación social altamente conflictiva, buscando de esa manera el descrédito total del Partido Socialista, para volver a la carga con una alternativa de derechas radical, lo cual sería muy peligroso.

El futuro de la clase trabajadora y de las capas menos favorecidas de la sociedad depende de la defensa y aplicación de un adecuado programa socialista, porque ha quedado demostrado que el capitalismo ha colapsado. El deber de todo socialista, de todo trabajador, de todo progresista, de toda la izquierda, es la de apoyar, ofrecer y pedir al partido la aplicación y defensa de un programa que represente un giro social con todas nuestras fuerzas. Por ello, hay que profundizar en el debate para continuar la búsqueda del mejor programa a aplicar con la participación activa y democrática de la mayoría de la población que es la clase trabajadora en lucha por estos objetivos y de esta forma, con el concurso activo de las organizaciones políticas, sociales y culturales de la izquierda, en unidad de acción, estaríamos en condiciones de avanzar hacia una sociedad verdaderamente democrática, donde, liberados de la lucha cotidiana por la supervivencia y con los medios de producción bajo control de la mayoría de la sociedad, los trabajadores y nuestras familias podríamos participar conscientemente en todas las decisiones políticas, económicas, sociales y culturales de una sociedad basada en la ética, poniendo al ser humano en el fundamento de la economía, y ésta al servicio de la Humanidad."

AREA DE INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN.

IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A

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