domingo, 21 de octubre de 2007

EL FINAL DEL SUEÑO AMERICANO (2)

Riqueza para unos pocos, miseria para la mayoría
Durante los últimos treinta años en EEUU se han producido una caída sin precedentes de los niveles de vida, ajustada a la inflación, hoy el slario medio de un trabajador es inferior a al de los años setenta. El boom económico de los últimos años se ha basado, entre otros factores, en un aumento de la explotación de la clase obrera; jornadas laborales más largas, menos salarios, peores condiciones laborales...
Uno de cada diez trabajadores (47 millones) cobran salarios dos tercios por debajo del salario medio, apenas para mantener a una familia de 4 miembros (2 adultos con dos hijos); uno de cada cuatro trabajadores (35 millones) ganan salarios de pobreza y 70 millones de norteamericanos viven con menos de 7 dólares diarios (datos del Center For Economic Policy Research). aunque los últimos datos oficiales de pobreza dicen que hay 500.000 pobres menos respecto al año pasado, la realidad es que un 10% de la población (30 millones) pasa hambre o tiene riesgo de pasarla y hay 16 millones de pobres severos, ¡todo esto pasa en el país más rico del mundo y paradigma del sistema capitalista!
Al otro lado tenemos una concentración obscena de riqueza: el 1% más rico (tres millones) tiene ingresos iguales a los que tienen 150 millones de estaodounidénses juntos. Estas son las causas del descontento y la rabia acumulada en la sociedad norteamericana.
El final del suño americano
Recientemente Change to Win, la nueva central sindical que se formó a partir de una escisión en el AFL-CIO, publicó un informe titulado La ansiedad económica y el sueño americano. El informe explica cómo "la furia y ansiedad tienen sus raíces en la preocupación por las necesidades básicas (sanidad, jubilación, endeudamiento personal)". También acaba con el mito de la sociedad formada por una amplia clase media: "Cada vez son menos los que se consideran clase media". El sueño americano, durante décadas identificado con el individualismo y el enriquecimiento personal, ya no es así para el 80% que lo identifica con recibir un salario que le permita mantener dignamente a su familia. La situación económica y social deja poco espacio para el optimismo, el 74% piensa que conseguir ese sueño americano hoy es más difícil de conseguir que en otras épocas, el 64% cree lo tendrá más difícil que sus padres y el 69% que será aún más complicado para la siguiente generación. Y según la encuesta ¿qué preocupa de la economía?, que los salarios no cubran el coste de la vida.
La encuesta también demuestra que los trabajadores norteamericanos tienen muy claro quien es el responsable de su situación, el 69% piensa que el gobierno favorece a los ricos frente a la clase obrera. "Los trabajadores creen que las empresas y los intereses de los ricos tienen demasiado poder y es una barrera para que la clase obrera consiga el sueño americano"
La huelga de General Motors: un ejemplo de lo que vendrá
Durante los últimos años hemos tenido ejemplos de la combatitividad de la clase obrera norteamericana (estibadores, conserjes, trabajadores agrícolas, enseñanza, sanidad, metro de Nueva York..), pero este mes de septiembre 73.000 trabajadores de General Motors realizaron una huelga de 48 horas. Era la primera huelga nacional del automóvil en 31 años y la primera de la GM desde la huelga de 67 días de 1970. Los motivos, las condiciones laborales, las amenazas de cierre de fábricas, las reducciones de salarios y los fondos de pensiones. la cúpula sindical del UAW (sindicato del automóvil) intentó por todos los medios no convocar esta huelga, el día antes del inicio de la misma, el presidente del sindicato, Ron Gottelfinger, garantizó a la empresa que no ocurriría nada parecido, y cuando finalmente no les quedó más remedio que convocarla debido a la presión de los trabajadores, salió públicamente a pedir disculpas: "nadie lo quería".
A las 48 horas el sindicato anunció que había llegado a un acuerdo y desconvocó la huelga. El acuerdo parecía un secreto de Estado, nadie quería revelar su contenido, aunque poco a poco se supo que era una capitulación ante la empresa. El acuerdo establece dos categorías salariales, los nuevos trabajdores cobrarán un 50% menos de salario, teóricamente impide el cierre de fábricas, pero si aceptan el cierre en caso de reducción de ventas en el mercado y, lo más importante, el traspaso de los fondos destinados al cuidado sanitario de los trabajadores que pasaran al VEBA, un fondo fiduciario que está controlado por el sindicato y que gestionará 60.000 millones de dólares, seguirá las mismas reglas que cualquier fondo de pensiones privados que cotiza en Wall Street. Un ejemplo de lo que puede suceder es lo que les ocurrió a los trabajadores de Caterpillar que tenían un plan similar y quebró en 2004. Ahora los trabajadores de esta empresa, además de perder lo cotizado para su jubilación, deben pagar 200 dólares mensuales por la cobertura sanitariaademás de otros gastos que antes estaban cubiertos por la empresa.
María Castro, El Militante

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