sábado, 16 de febrero de 2008

COMO SE LAS GASTA LA DERECHA

Con todos los indicadores favorables a Zapatero en relación a Rajoy –y con 10 puntos de ventaja para el PSOE en cuanto a intención directa de voto-, resulta que, sin embargo, el CIS ha pronosticado empate técnico y ha aventurado que el 9 de marzo los socialistas pueden ganar por un margen extraordinariamente estrecho, el de un 1´5 puntos. O sea, por nada o casi nada.
Pero, eso sí, de confirmarse el vaticinio del CIS, se trataría de un resultado ligeramente mejor en las urnas del que obtuviera Aznar el 3 de marzo de 1996, cuando ganó por poco más de un punto (1´16) al PSOE de Felipe. Fueron aquellas las primeras elecciones -hace ahora 12 años- en las que venció Aznar. Pudo el PP al fin formar Gobierno, aunque por los pelos y gracias a la colaboración de CiU, Coalición Canaria y, como guinda, el PNV de Xavier Arzallus.

¿Pende la victoria de la izquierda de un hilo? Parece que sí. El bajón del PSOE en las encuestas últimas –incluida sobre todo la del CIS- ha generado un estado de alarma en Ferraz. Incluso la sombra de la derrota empieza a considerarse con cierto temor entre algunos líderes del PSOE.

Pero, guste o no, y a tres semanas de los comicios, esto es lo que hay. Los populares se han encontrado de pronto con una coyuntura económica negativa y han aprovechado el hueco para colar sus mensajes. Han marcado algunos goles de rondón –tras repartir patadas en el tobillo de los inmigrantes y en el peroné de la seguridad ciudadana- y han conseguido quebrar el ascenso de Zapatero en las encuestas.

¿Entenderán los ciudadanos progresistas que está en juego mucho más que una simple alternancia de Gobierno? Hemos podido comprobar –durante estos cuatro años y, al menos, los cuatro anteriores- cómo se las gasta la derecha española. Hace cinco años exactamente que millones de personas salieron a las calles de Madrid, Barcelona, Zaragoza, Sevilla, Valencia, Bilbao y otras muchas ciudades no ya de España, sino del mundo, al grito de “¡Guerra, no!”.

El clamor ciudadano no conmovió en absoluto al presidente Aznar, que ejercía en aquel tiempo, y con fervor desbordante, de gobernador hispano del emperador Bush. No le hizo cambiar de rumbo tampoco que más del 80 por ciento de los españoles estuviéramos contra la invasión de Irak. El Gobierno de la derecha se mantuvo impertérrito. Mientras, Aznar hacía de pregonero de mentiras para justificar lo injustificable.

¿Cuál ha sido el comportamiento general de los conservadores a lo largo de la presente legislatura? Lo sabemos. Hemos observado con facilidad cómo, ciertamente, se las gastan. No argumentan, atacan. No convencen, empujan. No construyen, destruyen. Se inventan problemas artificiales para luego presentarse como los únicos capaces de resolverlos. Hacen de pirómanos para presumir de bomberos. Se envuelven en la bandera para proteger su cartera. Son patriotas de hojalata y espadón. Son socios de Cañizares, García-Gasco y Rouco Varela, pero apenas cristianos de Cristo, el de las bienaventuranzas, al que crucificaron.

El 9 de marzo vencerán la intransigencia y el integrismo o triunfarán la tolerancia y el laicismo. Todo depende de cuántos ciudadanos voten. Y de qué voten. Allá cada cual con su conciencia. Lo que no vale después es llorar y lamentarse.

Enric Sopena es director de El Plural

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